• Los aperitivos de mycuriosEATy * III

    Museum of Ice Cream, Sparnaay y el rey de los helados


    Justo cuando empiezo a teclear las primeras letras de este tercer aperitivo, me envían el enlace de los helados ochenteros de El Comidista. ¡Es pura telepatía!

    ¿Quién no se ha comido un Drácula o Frigopie de pequeño durante las vacaciones de verano y se ha puesto perdido con su líquido casi radioactivo? Para muchos de nosotros los helados son pura magia y tienen el poder de teletransportarnos: a unos a la infancia, a otros al verano en el pueblo o incluso al mismísimo espacio sideral. Cada uno que se teletransporte a donde quiera, oye.

    La magia de los helados la conocen muy bien los artistas de este aperitivo, cada uno en su disciplina particular. Si tuviese que elegir entre uno de ellos, no sabría con cuál quedarme, aunque echarse una siestecilla encima de un gigante polo azul sin que se derrita, tiene que ser una experiencia memorable. De lo que se trata en este aperitivo es del deleite visual, que hoy además viene con sorpresa para los más cocinillas. Solo tendréis que ir a la alacena a coger un par de ingredientes, y si sois capaces de esperar un poquito a que el congelador haga su trabajo, podréis disfrutar de unos helados de categoría.

    ¿Preparados para refrescaros la vista?

    Tjalf Sparnaay, Copa de helado (Sorbet), 2012.

    Esta copa con helado hiperrealista es obra del holandés Tjalf Sparnaay, del que ya os mostré su famoso huevo frito. La textura de la nata o el sabor de la fresa traspasan la pantalla.

    Keith Magruder-Baker´s Son. Sala de los polos, 2017. Museo del Helado, Los Ángeles. Créditos imagen: mymodernmet

    Los amantes del helado en EEUU están de enhorabuena. Desde hace unos años pueden visitar el MOIC, el Museo del helado. Un museo itinerante de lo más pop, con cantidad de salas recreando colores, olores y sabores de nuestro querido helado. La sala de los polos gigantes y la de los conos dorados eran de las más llamativas en el museo de Los Ángeles. Esta última sala incluso estaba perfumada con aroma de galleta emulando el del mismo cono del helado. Como para no tomarse uno a la salida…

    Abel Bentin. “I don’t believe in art”, 2017. Museo del helado, Los Ángeles.

    Y hablando de tomarse un helado, como ya os anunciaba antes, hoy el aperitivo trae sorpresa. De la mano del maestro heladero Fernando Sáenz podréis preparar en casa unos polos muy pero que muy apetecibles. Durante la cuarentena nos mostró junto con Angelines varias recetas para endulzarnos el confinamiento. Ya no tenéis excusa para no prepararlas en casa. La versión de frutas la podéis ver a continuación:

    Si además os apetece alguna combinación de sabores más especial, os animo a probar también sus recetas de polos de limón con jengibre, de cereza con lavanda o de almendra con casia. Y para los adultos, fuera del horario infantil, están los de dos rombos. Uno de fino, tomate y pimienta, por ejemplo, y otro de zumo de naranja con vermut. Pinchad aquí para ver las recetas.

    ¿Con cuál de ellos os quedáis? No sé vosotros, pero a mí me apetecen todos. Son el broche de oro perfecto para un aperitivo helado.

  • Los aperitivos de mycuriosEATy * I

    Una mesa puesta pionera

    ¿Sabéis cuándo se publicó la primera foto de un bodegón en Instagram? No sería mucho tiempo después del lanzamiento de la propia red social. La verdad es que no he buscado la fecha exacta, pero que fue hace menos de 10 años, eso está claro. A lo que voy es que es una de las redes sociales más queridas para subir fotos gastronómicas, bodegones contemporáneos, o cualquier foto que tenga que ver con comida. Pero, ¿cuándo creéis que vio la luz, nunca mejor dicho, la primera imagen fotografiada de un bodegón? Hace unos cuantos años más, sin duda.

    Poco tiempo después de que el inventor francés Nicéphore Niépce consiguiese fijar en 1827 las vistas desde una ventana de su casa, él mismo también plasmó esta mesa con un nuevo medio, con cámara oscura. Hizo la famosa foto de su ´Table servie´ hace ya casi 200 años, la friolera de dos siglos.

    Una mesa puesta – Nicéphore Niépce. Physautotype, 1932. Musée Nicéphore Niépce, Chalon-sur-Saône

    Además de novedosa, parece que fue una foto envuelta en buen aroma, y no estoy hablando del que pudiese desprender el pedazo de pan que puso sobre la mesa. ¿Os imagináis hoy en día hacer una fotografía con destilado de lavanda? Es justamente lo que el francés utilizó en su momento para grabar la imagen de su mesa sobre la placa de cristal.

    Como prueba de lo importante que fue esta foto en la historia de la fotografía, a principios de este siglo se intentó reproducir el método que el propio Niépce utilizó para su bodegón. Con esencia de lavanda y un tiempo de espera de 4(!) horas, volvió a verse una imagen como la que se creó hace dos siglos. Una nueva copia de la mesa con mantel blanco, que todavía hoy invita a sentarse a ella y servirse una copita de vino.