D urante la construcción del mercado municipal de la ciudad de Cuenca en los años sesenta del siglo pasado, se hizo un encargo muy especial. La intención era darle un toque artístico a la construcción, pero sin perder de vista el propósito del edificio. Ese encargo se realizó, pero nunca fue colocado y el mercado se quedó sin su decoración artística.
Boquiabierta me quedé la semana pasada al visitar la exposición sobre la obra del ceramista Pedro Mercedes en el Museo Casa Zavala de Cuenca. Ya no solo porque durante la visita he conocido la obra de este artista conquense del barro, sino porque ahí he descubierto de qué se trataba el famoso encargo. Pedro Mercedes realizó una extensa serie de obras fascinantes que efectivamente están estrechamente relacionadas con el tema que también nos interesa tanto en mycurioseaty… Si, sí, la manduca. Parte de estas obras ya se mostraron al público conquense en el año 2007. Para mí en cambio, eran completamente nuevas.
Una de las salas de esta exposición sobre la obra de Pedro Mercedes está destinada a parte de la serie de murales que realizó para decorar la fachada del entonces nuevo mercado de la ciudad. Con su técnica característica del raspado del barro, creó dibujos espectaculares de escenas cotidianas relacionadas con gran parte de la cadena alimentaria, sobre todo la del propio mercado.
Se trata de un total de dieciséis murales temáticos, formados cada uno por varias placas más pequeñas, lo cual fue necesario debido a las restricciones de medidas del horno para cocer el barro. Parte de estos murales se pueden admirar en la exposición hasta el próximo 16 de diciembre. En cuanto entras a la sala, no sabes dónde mirar. Cada mural es un mundo, en cada uno hay una gran actividad y todos te atrapan para contemplar cada una de sus figuras y de sus objetos.
Sin bocetos ni esquemas preliminares, Pedro Mercedes plasmó sus ideas directamente sobre el barro mediante su técnica de raspado, con estos preciosos murales bicolor como resultado. Espero que los disfrutéis, pero, sobre todo, a los que podáis, os animo a que vayáis a verlos en persona. ¡No tienen desperdicio!
En la fachada del mercado se reservó un friso en el cual iban a ser colocados estos murales, friso que está ubicado en la esquina de la Plaza de los Carros con la calle Gregorio Catalán Valero. Para los que no conozcan el edificio, es un friso a pie de calle en una zona de paso de peatones y ahora también zona de aparcamiento. No es difícil imaginarse que es una ubicación perfecta para el rápido deterioro y es muy golosa para el vandalismo. La consecuente decisión de conservar las obras, evitar el deterioro y más que probable destrozo, hizo que actualmente todavía podamos admirarlas. No obstante, es una pena no haberlas podido ver en el sitio original para el cual el artista Pedro Mercedes realizó una de las obras más grandes de su carrera.